En el corazón futbolero de Arequipa, donde la pasión por el balón se respira en cada calle, ha surgido un nombre que comienza a abrirse paso con determinación: Jorge Mariano Barreda Botto. Nacido el 7 de junio de 2003, este joven delantero del Foot Ball Club Melgar representa la esperanza de una nueva generación que no solo quiere jugar al fútbol, sino dejar huella.
De las canteras al profesionalismo
Formado desde 2018 en las divisiones menores del club rojinegro, Mariano no tardó en mostrar su hambre de gol y su compromiso con el equipo. Su trabajo constante fue premiado el 17 de enero de 2022, cuando firmó su primer contrato profesional. Aquella rúbrica fue más que un trámite: fue la puerta de entrada a un camino arduo pero lleno de promesas.
Ese mismo año, brilló en el equipo de reservas, donde anotó cinco goles y fue pieza clave para alcanzar las semifinales del Torneo de Promoción y Reserva. La semilla estaba sembrada.
Primeros pasos con el equipo mayor
El 2023 fue un año de transición. Aunque jugó su primer partido con el primer equipo durante La Tarde Rojinegra ante Deportivo Pasto, su debut profesional se dio el 9 de abril, entrando en el minuto 70 frente a Sport Huancayo. A pesar de que fue su única aparición oficial con el primer equipo ese año, Barreda no dejó de destacar en la reserva, donde anotó diez goles y fue elegido en el once ideal del campeonato.
El primer grito de gol como profesional
La temporada 2024 trajo desafíos inesperados. Luego de no ser considerado en los primeros partidos con Melgar, fue cedido al Deportivo Binacional, en la Liga 2. Allí, tras una etapa de adaptación, comenzó a sumar minutos con regularidad. El 7 de junio, fecha simbólica por coincidir con su cumpleaños, anotó su primer gol como profesional: una jugada individual culminada con un zurdazo cruzado al minuto 83 ante la Universidad San Martín. Gol y victoria, una postal inolvidable para cualquier delantero.
Aunque Binacional fue penalizado con la pérdida de puntos por no cumplir la bolsa de minutos, y terminó relegado a la zona de descenso, Barreda no bajó los brazos. Con hambre de competitividad y minutos, fue prestado a la Academia Cantolao para la segunda parte del año, equipo clasificado a la fase por el ascenso. Un nuevo reto, otro escenario donde probar que su talento no es casualidad.
Una promesa con mentalidad de crack
Mariano Barreda no es solo un jugador con proyección. Es disciplina, temple y una ambición bien dirigida. A sus 22 años, ya conoce el rigor de la Liga 1, el roce del ascenso, la presión de la competencia interna y la dulce sensación de anotar como profesional. Ha aprendido a esperar, a luchar desde la sombra, a aprovechar cada oportunidad como si fuera la última.
Hoy, Jorge Mariano Barreda no solo es una promesa de Melgar, sino un nombre que el fútbol peruano debe seguir de cerca. Porque detrás de cada pase, cada desmarque y cada gol, hay un chico que sueña con grandeza… y que no piensa despertar.
